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Foex & Paolopulus: “Hay una búsqueda por no olvidar nuestras raíces en nuestra disciplina”

La suerte y el azar pueden parecer que, a veces, tienen un cierto giro, un ritmo dentro de las vidas de quienes puedan apreciar similares misiones de otros y que, invariablemente, puedan unirse en plenas circunstancias. Así paso con Foex & Paolopulus, dos artistas establecidos en la escena del hip hop y electrónica de Chile, que ahora exploran un mundo que por ambas partes ya andaban buscando: la esencia de los ritmos latinoamericanos.

En esta entrevista hablamos con Paolopulus, quien se encontraba en Perú a vísperas de la reactivación de la escena chilena luego de la pandemia. Con él, hemos ahondado en temas sobre la rítmica en Latinoamérica, como también la intención de los mensajes en su proyecto.

¿Cómo encontraron en los ritmos autóctonos latinoamericanos, una sensación y musicalidad más fresca en la actualidad?

En realidad, siempre estuvo presente. Desde la infancia, las costumbres de mis padres por escuchar estos ritmos me influenciaron en mi carrera y en mi vida. Esta herencia hizo que las composiciones no sean, como tal, pensadas, sino llevadas por naturaleza, por persistencia, llegando a incluir y variar las paletas de sonidos de la electrónica con esta inercia rítmica que se tiene por los ritmos autóctonos de Latinoamérica. Antes yo escuchaba a bandas como Boards of Canadá, bandas inglesas que practicaban el hip hop o trip hop, con una electrónica mas ambiental, y estos gustos, hablando de mi y Foex, nos inspiraron a producir estos ritmos más autóctonos y llevarlo a una sonoridad más fresca.

Desde la infancia has tenido apego hacia el folclore…

Si, al menos por mi parte, he escuchado mucho folklore de Latinoamérica que tiene muchas joyitas porque representa los puntos de vista de cada región, como un tesoro vivo que es presente, pero teniendo que escarbar un poco para encontrar su fundamento.

Para ti, ¿este tesoro místico es meramente material o algo que nunca se tiene de desvalorar?

Un tesoro histórico no merece el olvido, pero las culturas son dinámicas y siempre se crean nuevas variantes del folklore, pero creo que siempre estarán aquellas bases principales. Pero aprender de cada generación y proceso cultural, se necesita medir el valor y fuerza que trae cada momento, estar ligados a su contemporaneidad como artistas.

Ambos tienen una carrera fuerte establecida en Chile, ¿cómo así llegaron a crear este proyecto?

Nos conocimos hace diez años. Conocía el trabajo de Foex – el era parte del hip hop y yo también. Coincidimos en una inauguración de un sello mío y el justo venía de un viaje a Perú, que yo le sugerí con una serie de contactos. En el 2015, cuando volvió, me ayudo con un disco que hice, donde me apoyo en la mezcla y la producción, y poco a poco, Foex en la ayuda de dos discos más, se fue dando esa creatividad mutua que ahora compartimos. Aunque la situación donde se concretó nuestra dupla fue cuando nos invitaron a cerrar el evento Fluvial 2016 a ambos, haciendo un dj set. Ese día pensamos “hagamos algo juntos” y hasta ahora, esa pequeña consolidación de un día sigue persistente hasta hoy. Yo ya venía con esa influencia latinoamericana de fusión, y Foex lo venía haciendo desde antes, buscando otro tipo de música representativa. Todas las composiciones fluyeron demasiado bien; es más, nuestro dj set estuvo enfocado a la música afro electrónico.

Entonces, ¿ya tenían una decisión política con representar a las culturas de Latinoamérica?

Si, desde siempre hubo una decisión política de rescatar estos ritmos y revalorizarlos a nuestro presente que son muy ricos, la gente los bailo hasta hoy y lo escuchamos en todos lados. Ahora tenemos un disco que aún no hemos lanzado, que tiene varias fusiones y, a veces, lo reproducimos en los conciertos y la gente no sabe de donde es, pero les gusta que esta escuchando, y se muestran sorprendidos. Pero tenemos que seguir ahondando en reencontrarlos.

Hasta ahora, en su camino, ¿Cuántos ritmos autóctonos o tribales han experimentado?

Hum, no sabría categorizarlo, porque eso nos daría una vuelta entera en la composición y sería una obra mas autoral. Los ritmos latinoamericanos, como la cueca, los mapuches, el criollo, y sobre todo la cumbia, que ha sido nuestro enfoque más contemporáneo, son los que más uso hemos dado.

¿Alguna vez usaron instrumentos autóctonos de Latinoamérica?

Hemos grabado con cajón peruano, instrumentos de viento andinos, con instrumentos percutivos de afrocubano, y juntando todo ello con instrumentación de la electrónica.

¿Qué es lo mas determinante para ambos a la hora de componer estos ritmos?

La dinámica que genera estos ritmos. La importancia de del estimulo es importante para saber que queremos transmitir al público: felicidad, ganas de bailar, de pensar, etc.

¿Y cuáles son sus referencias para crear este tipo de esquemas?, sean musicales, anécdotas o cosas que recuerdes de tu infancia.

La mitad de mi familia es de Perú y mi madre es artista, mi padre me ha influenciado del folklore de Chile y mi hermano también esta inmerso en el arte. Digamos que, por esa parte, siempre estuve enraizado y crecí junto a un folklore muy variado, desde mi nicho. Desde ahí viene mis mayores inspiraciones.

Has crecido en un ambiente totalmente artístico y ligado a la música, esto me hace recordar a Victoria Santa Cruz con respecto a la idea del ritmo, ¿tú crees que Latinoamérica no hubiera sido lo mismos sin los ritmos africanos?

No, para nada. La percusión que hoy conocemos en Latinoamérica proviene de los ancestros africanos, no cabe duda. No habría Sudamérica sin esa descendencia.

A pesar de toda la musicalidad, aún hay un silencio extraviado por las culturas…

Si, siempre hay una historia que sanar en cada país a respecto de sus pueblos originarios: la esclavitud, desaparición, muertes, o algo muy común ahora que es el racismo. Todos los estados tienen que saldar con cada uno de sus pasados.

Me contaste que el proyecto fluyo bastante rápido con Foex, ¿cómo juntaron la electrónica dura con los ritmos Latinoamericanos?

Como sabes, Foex y yo ya veníamos de un ambiente donde reproducíamos sonidos gracias a sistemas electrónicos como cajas de ritmos o sintetizadores, así que ya teníamos la electrónica como base, y de ahí fusionamos la rítmica.

Esta unión que tuvieron me parece, incluso, suerte del azar. Se involucraron mucho en una escena de la electrónica y hip hop en su país muy experimental, ¿ustedes se consideran vanguardistas?

No se (risas), aunque creería que sí. Nuestra bandera es la fusión como tal. Supongo que también hay otros proyectos iguales en otros países, y supongo que somos de la misma línea. Nuestra mezcla, podríamos decir, llega a ese punto que se puede tomar como vanguardia.

¿Cómo sientes que la escena tomo esta propuesta?, se dice que la escena en Chile y Perú es bien difícil asentarse.

Es algo que no lo hemos medido, pero hasta ahora como lo toma el público, es fenomenal: bailan, gozan, se preguntan por las sonoridades, y si, digamos que a la escena le encanta, pero, como tú dices, la escena es difícil: hay que tener un perfil profesional, invertir en gastos y ser persistente. Todo ello es lograble para quien tenga esa visión, porque en sí, es un obstáculo que, desde antes de empezar, debemos tener en cuenta.

En su recorrido como Foex & Paolopulus, ¿Cuál ha sido su mejor escenario?

Creo que el Womad, por la calidad de la instancia y el significado del festival de Peter Gabriel que es la música del mundo y se hace en todo el mundo. El festival es gratuito y se hace una vez al año en Chile, tocan bandas de todo el mundo.

En sus composiciones hay un destello de furia, enojo y dolor, algo que alguna vez acuñaron, ¿sienten que se está olvidando de nuestras raíces?

; y si, también tiene que ver la pegada mainstream -que también tiene de cultural-, pero no es la totalidad. Siempre va a ver cierta parte de los creadores que intentaran salvaguardar esto que buscamos, y este proyecto es parte de ello. Pasará y seguirá pasando.

¿Seguirá hasta el fin?

Hum, no se. Creo que las configuraciones cíclicas que van en progreso en la sociedad, la educación va disgregando los prejuicios como el racismo, segregación, o la discriminación a nuestras culturas milenarias. No lo sé, es un panorama inhóspito.

¿Tu creerías que el mundo de la música está en Latinoamérica?

No me cabe ninguna duda que sí. Si viajamos a cualquier rincón de Latinoamérica, vamos a encontrar que en cada región hay una musicalidad en particular, volviéndolo una fuente inacabable de música. A cambio, en Europa es mas la armonía, algo que ya ha sido visto desde hace mucho y no creo que se pueda echar mano. Latinoamérica, ahora, es la fuente inagotable de inspiración para la música.

Eso me hace recapacitar un momento sobre Europa y la música. Antes era Europa y Estados Unidos el centro; ahora con estos nuevos ritmos y artistas -solo miremos el reggaetón-, Latinoamérica es otro espacio, otra infusión.

Antes la música estaba derivada del rock, o el pop anglosajón; ahora esta Puerto Rico con su sazón. Yo creo que Europa ya exploto o está a un nivel “normal”, pero lo nuevo está aquí.

¿Han podido viajar a ciertas regiones para poder inspirarse?

Dentro de Chile hemos viajado al sur, norte, hemos tenido contacto con el pueblo Mapuche; y ahora, en este viaje, queremos tener mas nexos con Perú y estamos haciendo unas colaboraciones con artistas peruanos, que aún no hemos publicado porque se vienen en el próximo lanzamiento.

¿Y de que consta este nuevo álbum?

Trece canciones que pretendemos publicarlo en este año.

Ahora, ¿cuál es el proyecto mas ambicioso que se quiere o han logrado con esta dupla?

Nuestra ambición es la consolidación y reconocimiento en la música, que cuando nos escuchen sepan quienes somos por lo que traemos, que sea autoral. Mostrar nuestra música en el mundo.

Se dice que siempre es mejor evocarse al extranjero cuando se trata de crecer en la música.

Es lo que queremos hacer. Lamentablemente, estos dos años de pandemia nos ha interrumpido todo, y ahora recién este año, se está reactivando toda la escena, y con ellos también nosotros, ahora Perú es nuestra primera parada.

Creo que fueron los años más difíciles, pero a la vez, los más productivos, ¿cómo la pasaron?

Justo en esos momentos estábamos terminando un álbum y nos juntábamos muchos. Teníamos un estudio que estábamos compartiendo, pero para ingresar tenía que hacerse desde la clandestinidad por las prohibiciones, hasta volver a casa tenía un horario por la cuarentena. Fueron dos años productivos, pero que laceraron cierta parte de nosotros, porque ello de que no tengamos un contacto presencial con el publico -que es la parte importante del arte-, nos ha cansado de alguna manera y alejado también.

Para terminar, ¿algún día escucharemos a Foex & Paolopulus abarcando todos los ritmos de Latinoamérica?

Eso tengámoslo claro, y, es más, en este nuevo albúm hay de todo un poco: Brasil, Perú, Colombia y Chile. No nos quedan tantos países por investigar (risas). No se si en un solo álbum, pero si en toda nuestra discografía estaremos explorando cada rincón que se nos presente estos ritmos aun no manifestados en Latinoamérica como se debe.


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