El funk tiene su propia manera de infiltrarse en las ciudades, de adaptarse a su lenguaje y expandirse sin restricciones. Desde sus raíces más crudas hasta sus formas más sofisticadas, es un género que respira con libertad, que se acomoda a las calles y absorbe la energía de quienes lo interpretan. Funky Munchies entiende esa naturaleza flexible y la potencia con un enfoque compartido, tomando el groove como punto de partida y permitiendo que cada colaborador le imprima su propia identidad.
Ginope ha reunido a una selección diversa de artistas, todos con un conocimiento preciso del ritmo y la improvisación. Valles-T (Colombia), Mcklopedia (Venezuela), Metalingüística (Chile), MP El Juvenil (Argentina), DM (Perú), Giru Mad Fleiva (Perú), Remik Gonzalez (México), Niña Dioz (México), Caroh (México), Xperimento (Estados Unidos), Snifflez (EE.UU.), Valentina Perdido (Puerto Rico), Michi Sanz (Venezuela), Mimi Rose (Argentina), Fuxbeat (Puerto Rico), Mr. Pauer (Venezuela/EE.UU.), Vikina (EE.UU.) y Emi Torres (Argentina) despliegan un amplio rango de expresiones. Ninguno llega a este álbum con la intención de encajar en una fórmula predefinida; el resultado se construye a partir del intercambio, de la manera en que cada invitado transforma los ritmos sin perder la esencia colectiva.
Los tracks fluyen sin rigidez, moviéndose entre el funk y el hip hop con una naturalidad que desafía cualquier intento de categorizar el sonido. La producción se mantiene en esa línea, evitando sobrecargas y dando prioridad a la organicidad. No hay un intento de uniformar el tono o de limitar las ideas a un esquema cerrado. Funky Munchies deja espacio para el juego, para que los artistas se apropien de los beats y los hagan suyos sin restricciones.
Lo más notable es la manera en que el disco se apropia de la calle como territorio sonoro. El funk es el eje, sí, pero lo que sostiene el álbum es el espíritu urbano, el lenguaje que se construye entre comunidades y se amplifica en cada colaboración. El proyecto no se encierra en una única interpretación del género; deja que el sonido respire y que sus participantes lo lleven por caminos distintos sin perder el hilo conductor.
Ese es el valor de Funky Munchies: la capacidad de tomar referencias del funk latinoamericano y del hip hop sin convertirlas en un molde estático. En cada beat hay una conversación con la tradición y una apuesta por lo nuevo, una exploración de ritmos que, lejos de intentar establecer una única identidad, muestran la amplitud de un sonido que sigue en transformación.
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