El arte que araña la conciencia: Lobo Gris presenta “Humanidad”

Hay gente que dice que el arte no tiene que incomodar. Que basta con que entretenga. Que para sufrir ya está el noticiero. A esa gente Lobo Gris les lanza una canción como quien lanza una piedra contra un ventanal sucio de indiferencia. Humanidad no es la típica canción pop edulcorada, ni te da likes, ni sirve para fondo de historias de Instagram. Es una canción que se te queda adentro como una discusión que perdiste. Te zarandea sin alzar la voz, porque sabe que la incomodidad verdadera es la que no grita, la que te dice las cosas con calma mientras se te desarma todo adentro.

Desde hace años Lobo Gris viene molestando. Molesta porque dice cosas que a nadie le conviene oír. Porque hace música que no es para planchar, ni para correr, ni para tomar café con leche. Esta vez se junta con SAK y lo que construyen es un territorio de tensión sostenida, guitarras que se arrastran, loops que se repiten como ideas fijas. La producción no intenta brillar, respira, se ensucia, se estanca. Como el país, que parece quieto pero se hunde. El videoclip lo deja claro: dos soldados en la playa, uno más roto que el otro. ¿Y quién carga a quién? Siempre los mismos.

Mientras muchos hacen canciones para decir que todo va a estar bien, Lobo Gris escribe para recordar que todo está mal y que eso también hay que cantarlo. Porque mentirse es parte del problema. Humanidad tiene esa claridad brutal que incomoda porque no se maquilla. La voz va rota, contenida, como si supiera que cada línea es una bomba de tiempo. Hay algo en el ritmo que no se suelta, una especie de nudo en el pecho que se va apretando a medida que avanza la canción.

En el Perú estamos cansados. Éticamente agotados, emocionalmente anestesiados. Pero seguimos bailando, posteando, sacando canciones de amor para rellenar festivales. Entonces llega un tipo como Lobo Gris y te recuerda que vivir acá implica dolor, que pensar duele, que sentir da miedo. Y lo hace sin pedir perdón ni permiso. Solo alguien que sabe exactamente por qué hace música puede permitirse eso.

Quizás por eso molesta tanto. Porque Humanidad no está hecha para que te guste. Está hecha para que te preguntes por qué has dejado de sentir algo cuando todo a tu alrededor se viene abajo.

Ya sabes, escúchala en Spotify o en tu plataforma favorita.