El más reciente sencillo de Ohmar con H, «Nunca lo voy a saber», marca un punto de inflexión en su trayectoria, mucho más que una simple antesala de su álbum debut. Este lanzamiento simboliza la consolidación de su identidad artística, demostrando un crecimiento significativo tanto en su técnica de producción como en su visión creativa.
En esta nueva etapa, Ohmar amplía su horizonte musical. Aunque el tema nace de una exploración íntima y vulnerable sobre el proceso de madurar y la incertidumbre que lo acompaña, se nutre de una perspectiva más colaborativa. La canción destaca por su sinceridad lírica, con una composición y producción donde Ohmar se encarga de casi todo—desde la voz y las guitarras hasta los sintetizadores—, proyectando una honestidad que resuena en cada nota.
A nivel técnico y sonoro, «Nunca lo voy a saber» es una muestra de la audacia experimental de Ohmar. Los sintetizadores, que ya se perfilaban en trabajos anteriores, alcanzan en este sencillo una dimensión de vanguardia. Mediante el uso de una saturación de cinta y una ecualización extrema, Ohmar transforma los sonidos en texturas casi ruidosas, creando una atmósfera sonora cruda e inmersiva. Un guiño sutil a la maestría de los Beatles se insinúa en los arreglos de melotrón, que, al fusionarse con efectos de cinta en reversa, recuerdan a «Strawberry Fields Forever».
El álbum que acompaña a este sencillo ha sido un proceso de prueba y error, según Ohmar, un camino de constante experimentación que ha sido enriquecido por la colaboración de nuevos talentos. La inclusión de Enzo Pastor en la batería y Alejandro Martínez Ruiz en el bajo ha inyectado una energía vibrante en las composiciones, dotándolas de una profundidad y dinamismo frescos. La producción también se ha beneficiado de la colaboración de Renzo Gallesio y Richard Ángeles, que han complementado y elevado el sonido de este proyecto de ocho pistas.
Descubre más desde Biscuitbatik
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
